El embarazo en la industria del modelaje webcam: un debate con diversas miradas 

Introducción 

Durante el mes de junio impulsamos a nuestra comunidad a participar en un pequeño debate en torno a una pregunta tan sensible como provocadora: ¿Puedo —y debo— continuar transmitiendo si me encuentro en estado de embarazo? ¿Cuál es tu opinión sobre esta práctica? 

Varias modelos de nuestra plataforma se animaron a compartir su punto de vista, hablando desde la experiencia, la emoción y la reflexión personal. Lo que surgió fue un intercambio honesto, enriquecedor y lleno de matices, que dejó en evidencia no solo la diversidad de opiniones, sino también la necesidad de hablar abiertamente sobre este tema.  

Posturas encontradas 

Por un lado, algunas participantes abordaron el tema desde una postura de temor, expresando preocupación tanto por su bienestar como por el del bebé. Una de ellas comentó con total honestidad: “Me daría pánico transmitir embarazada, no por mí, sino por el bebé o con más de 7 meses.” Este tipo de posturas se fundamenta en los cambios físicos y emocionales que implica el embarazo, y en la percepción de que continuar trabajando bajo estas condiciones podría resultar abrumador o riesgoso. 

Otras modelos, en cambio, destacaron el valor simbólico y hasta erótico que puede representar el embarazo en el contexto webcam. Una participante lo expresó de forma contundente: “Ese es uno de los fetiches más grandes y prohibidos existentes en el mundo: la vulnerabilidad. El embarazo intensifica este tipo de percepción sexual en nosotras. El provecho es mucho porque es una exclusividad que durará 9 meses, pero, después de los 5 meses, los pagos aumentarán.” 

Este testimonio coincide con lo que ocurre en otras plataformas de contenido para adultos, como Pornhub, donde las búsquedas relacionadas con “pornografía de embarazo” aumentaron un 20 % desde 2014, alcanzando un pico de popularidad en 2017. Estos datos muestran que existe una audiencia interesada en este tipo de contenido, lo cual puede representar una oportunidad para algunas modelos, pero también genera debates éticos y personales. 

Además, ciertos aspectos del embarazo, como la lactancia, aparecen en prácticas sexuales vinculadas al fetichismo, el sadomasoquismo o la dominación/sumisión. Algunas mujeres dentro de dinámicas BDSM reportan experiencias donde son ordeñadas o estimuladas para producir leche como parte de su rol. Aunque no todas las modelos comparten esta visión ni participan en este tipo de shows, es un ejemplo más de cómo el cuerpo gestante puede adquirir múltiples significados dentro de distintas expresiones de sexualidad. 

En contraste, también surgieron voces que defendieron una postura centrada en la autonomía corporal. Una de las participantes lo expresó con claridad: “Lo cierto es que el embarazo en la industria webcam no debe ser un tema tabú, sino una realidad que muchas viven desde su autenticidad y autonomía. Lo primero que quiero resaltar es que el cuerpo es de cada una, y toda decisión tomada desde el respeto, la conciencia y el amor propio es completamente válida.” 

Estas palabras reflejan una visión empoderada, donde la libertad de decidir si continuar o no en escena durante el embarazo no debería estar sujeta al juicio externo, sino al deseo, bienestar y consciencia de cada mujer. 

Conclusión 

Aunque el tema sigue generando preguntas, el debate dejó algo muy claro: no hay una única forma de vivir el embarazo en la industria webcam. Para algunas, representa un límite personal; para otras, una oportunidad económica o simbólica; y para muchas, un momento en el que la autonomía y el respeto por el propio cuerpo se convierten en bandera. 

Escuchar experiencias personales y compartirlas con respeto permitió visibilizar que esta etapa, tan única y transformadora, no tiene por qué ser vivida en silencio ni bajo juicio. La clave está en acompañarnos con empatía y defender la libertad de decisión sobre nuestros cuerpos, incluso —y sobre todo— en los momentos más delicados y poderosos de nuestra vida.